De este lado del mundo, nuestro mundo, se está cayendo el cielo. Hoy por la mañana al salir de casa todo parecía marchar normalmente, los automovilistas como siempre ni se inmutaban al verme cruzar la avenida, los perros en la calle seguían tan solos como lo estamos nosotros, la gente del mercado seguía ofreciendo lo mismo milagros que besos de ángel.
Cuándo llegue a mi destino, dónde siempre te encuentro, todo comenzó a cambiar, extrañamente no tuve ánimos ni deseos de no fumar, encendí el primer cigarrillo del día, no estaba mal para desayunar, todos a mi alrededor se mostraban pendientes de ti y de mí, excepto tú y yo, nosotros preferimos no fijarnos en lo que nos pasa, creo que nos dió miedo recordar.
El día avanzaba y ni cuenta me di, casi me arroya un niño que en su carrera por alcanzar un globo, como solíamos perseguir los sueños, no se fijo que estaba yo enfrente; esperaba en la esquina acostumbrada al autobús, pero en vez de mi transporte vi pasar tu auto, el que también era mío, con algunos cambios, mi lugar ocupado por una rubia teñida que parece tu sombra. Después de tu paso indiferente frente a mí, noté que había perdido algo más que mi lugar a tu costado cuando metí mi mano en el bolsillo de mi pantalón y no hallé ni un centavo. Caminé hasta el trabajo, el sol me mostraba las bondades de caminar con la luna y las estrellas, como tantas noches lo hicimos. Por cierto otra vez, desde que nos perdimos, llegué tarde al trabajo, lo cual no es problema ya no volverá a ocurrir, uno no llega tarde a dónde no lo esperan…
Creo que eso paso, llegué tarde o tal vez temprano a tu vida, pero a destiempo, estoy segura. A destiempo también me llegó el aviso de que si no pago la renta me quedo sin techo, ¿eso a mí qué me importa, al fin y al cabo se está desprendiendo? Te digo, mi amor, de este lado del mundo, el que me toca, el cielo se está cayendo. todo se pone raro, cada vez más feo, no creo que hoy al menos algo tenga remedio…
…Ah, olvidaba decirte, también está lloviendo.